miércoles, 17 de junio de 2009

Credo buda



"No creas en nada simplemente porque lo diga la tradición, ni siquiera aunque muchas generaciones de personas nacidas en muchos lugares hayan creído en ello durante muchos siglos."

"No creas en nada por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo crean."

"No creas en nada porque así lo hayan creído los sabios de otras épocas."

"No creas en lo que vuestra propia imaginación os propone cayendo en la trampa de pensar que Dios os lo inspira."

"No creas en lo que dicen las sagradas escrituras, sólo porque ellas lo digan."

"No creas a los sacerdotes ni a ningún otro ser humano."

"Cree únicamente en lo que tu mismo hayas experimentado, verificado y aceptado después de someterlo al dictamen del discernimiento y a la voz de la conciencia."



Buda

miércoles, 3 de junio de 2009

Conocimiento marginal para principiantes (2)


La Base


Empezamos con lo más simple y obvio.

Ves a través de tus ojos, oyes a través de tus oídos, sientes a través de tu cuerpo, y piensas a través de tu cerebro. Pero tú no eres ni tus ojos, ni oídos, ni cuerpo ni cerebro, son sólo instrumentos a través de los que experimentas el mundo. Así pues, ¿qué eres? Recuerda que cualquier cosa que pueda serte arrebatada no puede ser tú. Como tu vestimenta o tu cabello; sin ellos estarías desnudo o calvo, pero continuarías siendo tú.

Ahora despréndete de tu cuerpo y de tu cerebro. ¿Qué queda? ¿Sabías que hay personas que han regresado tras haber estado muertos durante unos minutos, recordando todo lo que había sucedido mientras estaban fuera?

Sí, en ocasiones recuerdan haber flotado por encima de sus cuerpos sin vida, viendo y escuchando a los doctores y enfermeras cómo trabajaban con ellos. A veces han flotado lejos, explorando lo que había alrededor, antes de ser devueltos a la vida Incluso sin sus cuerpos y cerebros, había algo todavía vivo, consciente y que experimentaba. Esto demuestra que no eran sus cuerpos, como tampoco lo eres tú.

Piensa en tu cuerpo como en un personaje de un videojuego. Para interaccionar con el juego del mundo necesitas interpretar un personaje del juego. Pero no eres el personaje, tan sólo lo controlas desde fuera del juego. Lo mismo ocurre con tu cuerpo. Para interactuar con el mundo físico necesitas un cuerpo físico. A través del cuerpo, tu mente, que existe fuera del mundo puede jugar el juego llamado vida. Un juego en primera persona en el que miras a través de los ojos de un personaje, y haces que parezca como si estuvieras dentro de su cabeza.

Pero en realidad, estás sentado frente a tu ordenador. De igual manera, aunque te sientas a ti mismo dentro de tu cabeza física, en realidad estás localizado más allá, en otra dimensión. Cuando muere tu cuerpo es igual que si murieras dentro del juego. No le ocurre nada a tu yo real ya que, recuerda, no eres tu cuerpo. Tu yo real, que es esencialmente tu mente o espíritu, merodeará un ratito por allí, quizá deje el juego por ahora, quizá empiece el juego como un personaje nuevo. Pero en esta vida sólo tienes un turno, por lo que es importante seguir vivo durante tanto tiempo como sea necesario, y mantener tu salud y energía en un buen nivel en tanto te estés divirtiendo con el juego.

Tu yo real nació en este cuerpo, en este mundo, y ha olvidado que es tan solo un personaje.

No recuerda de dónde vino, a dónde va, por qué está jugando y cuál es el objetivo del juego. Todo ha quedado envuelto en las experiencias diarias de la vida. Ahora estás aprendiendo lo que realmente eres: un espíritu que no puede ser dañado o matado incluso aunque el cuerpo sufra daño o muera.

Y como en un juego, algunas de las cosas que suceden siguen un guión, es decir estaban destinadas a suceder desde el principio.